La investigación ha demostrado que incluso una pequeña cantidad de flujo de corriente eléctrica a través del corazón humano puede tener graves consecuencias, como la fibrilación ventricular. Los cuerpos debilitados de los pacientes son aún más susceptibles a los daños eléctricos. Por lo tanto, es importante que los dispositivos electrónicos médicos se sometan a rigurosas pruebas de seguridad eléctrica como se describe en la normativa IEC 60601-1 Ed.3 y en sus equivalentes armonizadas en los diferentes países del mundo. En las fuentes de alimentación de grado médico, es fundamental garantizar que la corriente de fuga y los niveles de aislamiento puedan cumplir los límites especificados correspondientes a la clasificación de parte aplicada del dispositivo médico.
La parte aplicada es el elemento del dispositivo médico que está en contacto con el paciente durante el uso normal.
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